El pasado 4 de junio se llevaron a cabo elecciones para elegir gobernador en Coahuila y gobernadora en el Estado de México, dos estados que hasta entonces no habían experimentado alternancia. En Coahuila, las encuestas daban una gran ventaja a la alianza PRI-PAN-PRD, encabezada por Manolo Jiménez. Fue una campaña sin muchos cambios estructurales, y a medida que pasaba el tiempo, los porcentajes publicados por las casas encuestadoras se mantenían similares, sin cambios drásticos. El resultado de la elección no causó sorpresa, ya que los reflectores estaban puestos en la elección del Estado de México.
A diferencia de la elección en el norte, en Edomex se respiraba un ambiente de incertidumbre debido a varias cuestiones: siendo el estado más poblado del país, la presencia de dos candidatas únicas y su histórico priísmo. Aunque la mayoría de las encuestas mostraban una ventaja holgada a favor de Morena, a medida que avanzaba la campaña, Alejandra del Moral, candidata de la coalición PRI-PAN-PRD-NA, ganaba preferencia electoral según las encuestas. Delfina Gómez, de Morena, experimentó una disminución en abril y mayo, pero volvió a subir en las últimas encuestas.
En Edomex, las casas encuestadoras presentaban números divergentes: algunas publicaban diferencia de 15 puntos porcentuales, otras de 24, y otras de 8. PollsMx realiza una medición estadística que resume los resultados de 30 casas encuestadoras en una sección llamada “encuesta de encuestas”. En la última publicación de esta sección, realizada el 31 de mayo, la diferencia entre el primer y segundo lugar se mantuvo en los famosos “dos dígitos”, con una ventaja de quince puntos porcentuales para la candidata de Morena. La frase “cifra de dos dígitos” fue repetida por medios de comunicación, analistas y algunos políticos. A pesar de esta amplia diferencia que aseguraba una victoria para Morena, las tensiones en Edomex eran palpables.
El 4 de junio, la diferencia se redujo prácticamente a la mitad. Los resultados del PREP mostraron una diferencia del 8%. Las encuestadoras que se acercaron más al Programa de Resultados Preliminares fueron Electoralia, México Elige y GobernArte, con menos de un punto porcentual de diferencia. Por otro lado, las más alejadas fueron FactoMétrica, Mendoza Blanco & Asociados y Mitofsky, con nueve y ocho puntos porcentuales de diferencia respectivamente.
Las encuestadoras más cercanas a los resultados reales utilizaron encuestas mediante llamadas telefónicas robotizadas y autoaplicadas digitales a través de redes sociales. Por otro lado, las encuestadoras que se alejaron de la realidad realizaron encuestas cara a cara.
Las casas encuestadoras que realizan estudios mediante llamadas y redes sociales diseñan cuestionarios para la autoaplicación, que son sencillos y fáciles de responder. Son tan simples que no requieren validación, al menos en apariencia.
¿Qué sucedió con las encuestas cara a cara? Hay dos observaciones importantes. En primer lugar, son cuestionarios complejos que no se someten a validación, lo cual los hace menos precisos. En segundo lugar, los encuestadores no están suficientemente capacitados para llevar a cabo las entrevistas. La capacitación de los encuestadores deberá ser proporcional a la complejidad del instrumento de medición.
El pasado 4 de junio, la elección en el Estado de México reveló que las encuestas cara a cara no fueron tan precisas como se creía, a diferencia de las encuestas autoaplicadas digitales o por llamada robotizada. Edomex fue un parteaguas para cambiar el paradigma de las encuestas digitales.