Revuelta

De deportista olímpico a político, un clavado con alto grado de dificultad.

El 12 de julio de 1986 nació en tierras yucatecas un ser con talentos ocultos; más temprano que tarde, salieron a relucir esos talentos. Rommel Pacheco, desde los 3 años, fue sumergido en el mundo acuático. Naturalmente, primero tuvo que aprender a nadar para después aventurarse en los clavados. A los 7 años, inició su entrenamiento como clavadista y a los 11 se mudó al Centro Deportivo Olímpico Mexicano ubicado en la actual Ciudad de México. A partir de 1997, se disciplinó y fue avanzando poco a poco hasta llegar a donde todos los deportistas quisieran llegar: a los Juegos Olímpicos.

Se podrían escribir muchas cuartillas sobre su carrera deportiva, digna de admiración y respeto.

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Por desgracia, el muchacho después de probar la fama en programas de televisión nacional, decidió adentrarse en la arena política. Eligió al blanquiazul para iniciar su carrera política en 2021 por el tercer distrito federal ubicado en el poniente de la ciudad de Mérida.

El «Piruetas» creyó que haciendo circo y show podría llegar a la diputación sin problema, o le hicieron creer que su carrera deportiva respaldaba su imagen como político digno.

Su carrera política inició con un clavado con alto grado de dificultad para llamar la atención, al más puro estilo de los expertos. Este clavado se conformó de dos movimientos: el primero fue su anuncio para competir en los Juegos Olímpicos de Tokio, el segundo movimiento fue anunciar su registro como candidato por el tercer distrito federal con cabecera en Mérida.

El «Piruetas» quería demostrar a todo lugar que se pueden tener dos actividades demandantes sin problema: una campaña electoral y un entrenamiento de alto rendimiento.

Después de ese clavado riesgoso, se aventó unos clavados muy básicos, de relleno, como comprar chicharra en el pueblo de Caucel y vender pan en un triciclo.

A mitad de la campaña, le echó un ojo a las encuestas y se dio cuenta de que lo estaban rebasando por la izquierda, un completo desconocido para la política yucateca llamado Oscar Brito. Rommel tuvo que recurrir a un clavado con un alto grado de dificultad para nuevamente captar al electorado que se estaba yendo por una ideología política. Imagino que fueron días pesados para su equipo de campaña, estar pensando qué podrían inventar para levantar al «Piruetas». Un bodorrio «religioso» #panistas.

Al final del día y con muchas dificultades, Rommel llegó a la curul en San Lázaro. Hoy quiere ser gobernador de Yucatán.

¿Qué clavado estará pensando hacer el «Piruetas»?

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