Revuelta

La esperanza mexicana en el fracaso qatarí

221202 esperanza mexicana

Hace unos días, se culminó el fracaso de México en Qatar 2022. ¿Alguien se sorprendió? El año pasado estábamos perdiendo contra Canadá y Estados Unidos en el octagonal clasificatorio, ¡imagínense! Los canadienses quedaron eliminados muy pronto, plantando cara contra Bélgica, y quedándose muy corta contra Croacia. Tercer lugar y subcampeón en Rusia 2018, respectivamente. Nada más. Estados Unidos terminó invicto la fase de grupos, empatando con Gales e Inglaterra, semifinalista en el Mundial anterior, y le ganó muy justo a Irán. Costa Rica, después de ese tropezón contra España, sacaron el partido contra Japón, y por unos momentos, soñaron con clasificar, pero los japoneses se “vengaron”, y los dejaron fuera “de rebote”.

Por primera vez en décadas, la selección mexicana no dará la cara por CONCACAF en una justa mundialista. Cierto es que Costa Rica llegó a cuartos de final en Brasil 2014, igual que Estados Unidos que Corea del Sur y Japón 2002 (contra nosotros, por cierto), pero son casos aislados. El conjunto hasta hace unos días dirigido por Gerardo Martino, había alcanzado los octavos de final durante siete Mundiales consecutivos. Hoy hablamos de fracaso, pero si Messi no hubiera fallado ese penal contra Polonia, o México hubiera metido un gol más, estaríamos todos en el punto de reunión habitual celebrando un pase más a octavos de final… Contra Francia. Madre mía.

Pero no, esta vez no llegó un remate descompuesto de “Chicharito”, ni una volea milagrosa de Jiménez, mucho menos de cabezazo majestuoso de Borgetti. Esta vez veremos los octavos de final sin pasión, sin emoción, sin nuestro himno nacional. Los que tenemos menos de 40, estamos en terrenos desconocidos. Nunca habíamos vivido algo así. Más golpeados estarán los treintañeros y veinteañeros, pensando que la no clasificación a octavos de final es el máximo ridículo. Para los niños, es una presentación muy amarga al siempre apasionante, pero mayormente mediocre fútbol mexicano.

Entonces, ¿dónde está la esperanza, carajo? En que a los directivos sí les va a doler esta eliminación tempranera. Al no clasificarse a octavos de final en Qatar 2022, la Federación Mexicana de Fútbol recibirá cuatro millones de dólares menos que lo esperado. Son unos ochenta millones de pesos, aproximadamente. No es poca cosa. La esperanza es que esto sea un verdadero jalón de orejas para los dueños de los equipos, que se han concentrado en hacer un producto altamente redituable en lo económico, pero con un juego mísero y nada atractivo.

“Al pueblo, pan y circo”, decían los romanos. Pero si el pan que nos entregan es malo, el pueblo estará descontento. Es momento de regresar a las bases: generar jugadores en las fuerzas básicas, reducir el número de extranjeros, regresar a torneo largos, conseguir partidos con selecciones competitivas. Algo se tiene que hacer, porque si no, en el 2026, la selección mexicana corre el riesgo de unirse a Sudáfrica y a Qatar como las selecciones anfitrionas que no se calificaron a la siguiente fase de sus mundiales. Si eso sucediera, ¿qué seguiría, no clasificarse al Mundial del 2030? Suena terrorífico, pero hoy por hoy, es un escenario bastante probable.

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