Las renuncias se multiplicaron en Twitter después de un ultimátum de Elon Musk, dueño y jefe de la compañía desde hace tres semanas, quien pidió a los empleados que sobrevivieron a una ola inicial de despidos que eligieran entre entregarse «completamente, incondicionalmente», o marcharse.
«Puedo ser excepcional, pero (…) no soy incondicional», tuiteó una ex empleada de la plataforma, Andrea Horst, cuyo perfil de LinkedIn todavía dice «Gestión de capacidad y cadena de suministro (superviviente) en @Twitter». Agregó el hashtag «#lovewhereyouworked» (ama el lugar donde trabajaste), al igual que muchos otros empleados que anunciaron su elección.
Según varios medios estadunidenses, cientos de trabajadores de Twitter optaron por irse el jueves. La mitad de los 7 mil 500 empleados de la empresa con sede en el estado de California ya fueron despedidos hace dos semanas por Musk, y unos 700 empleados ya habían dimitido meses atrás, incluso antes de estar seguros de que la venta se concretaría.
El jueves por la noche, muchos usuarios de la red social, incluidos ex colaboradores, periodistas y analistas, se preguntaron si el fin de Twitter estaría cerca.
Musk tuiteó también el conocido meme de un actor posando sobre una tumba. Tanto el hombre como la lápida estaban cubiertos con el pájaro azul logotipo de Twitter. La publicación recibió más de un millón de «me gusta». En un tuit posterior, enviado el viernes, el multimillonario dijo: «Números récord de usuarios están iniciando sesión para ver si Twitter está muerto, ¡irónicamente, haciéndolo más vivo que nunca!».
Oficinas cerradas en Twitter
El jueves por la tarde, Twitter advirtió a todos los empleados que los edificios de la empresa estaban temporalmente cerrados e inaccesibles, incluso para el ingreso con tarjeta identificatoria, según un memorando interno divulgado por varios medios estadunidenses.
«Las oficinas reabrirán el lunes 21 de noviembre. Gracias por su flexibilidad. Continúe cumpliendo con las reglas de la casa al abstenerse de discutir información confidencial en las redes sociales, con la prensa o en otros lugares», sostenía el mensaje.
El miércoles, Musk pidió individualmente a los empleados de la red social que se comprometieran a «trabajar muchas horas a alta intensidad», «para construir un Twitter 2.0 revolucionario y tener éxito en un mundo cada vez más competitivo».
Los empleados tenían hasta el jueves por la tarde para hacer clic en la casilla «sí» y afirmar su compromiso con «el nuevo Twitter». Si no lo hacían, perdían sus trabajos y recibían tres meses de indemnización por despido, un método inusual incluso en Estados Unidos, donde las leyes laborales protegen menos a los empleados que en muchos otros países desarrollados.
Twitter no respondió a las solicitudes de la agencia AFP para comentar la nueva medida. El jueves por la noche, se proyectaron mensajes contra Musk en la fachada de la sede de la compañía en San Francisco. Se podía leer «Elon Musk, cállate», «Para con el Twitter tóxico» o «Lanzándose a la quiebra», según fotos de Gia Vang, reportera de la cadena local NBC.
«Una gran aventura», dicen ex empleados
Docenas de exempleados y trabajadores actuales de Twitter se reunieron el jueves por la noche en «Spaces», las salas de audio de la plataforma, para apoyarse mutuamente y recordar viejos tiempos. Los empleados que optaron por quedarse hablaron de su apego inquebrantable a la red social y su deseo de verla sobrevivir e incluso renacer.
Y bueno, esa es la razón de que internet se inundara con los mejores memes al respecto:
Incluso la famosa empresa de pollo frito publicó una foto en la que se despedía de Twitter
Fuente: Excélsior