México está a punto de cumplir un mes con el horario que permite que amanezca más temprano, pero anochece más rápido, situación que ha llevado a muchas personas a rehusarse ante la idea de que será de noche para siempre, pero hay quienes están a favor y otros, en contra…¿Y tú estás de acuerdo?
Un poco de historia:
Desde 1996, en el gobierno de Ernesto Zedillo, México conoció por primera vez el horario de verano, con el objetivo de aprovechar la luz natural y ahorrar en el consumo de energía eléctrica. Así, se estableció que, del primer domingo de abril al último domingo de octubre en todos los hogares mexicanos adelantarían sus relojes una hora.
Sin embargo, esta medida data desde muchos años antes, la primera vez que se aplicó el horario de verano a nivel mundial fue en 1916 en Alemania. En años subsecuentes se añadieron a esta iniciativa algunos países europeos y en 1918, la implementación llegó a Estados Unidos.
Este ajust se mantuvo por poco más de un cuarto de siglo y siempre tuvo opiniones divididas, desde quienes nunca lo entendieron y hasta quienes lograron usarlo a su favor. Sin embargo, el pasado 26 de octubre el Senado de la República tomó la decisión de eliminarlo por completo, por lo que el 30 de octubre casi toda la República atrasó su reloj una hora, para siempre.
La única excepción a esta Ley será para algunos municipios de la frontera norte, que tendrán que seguir con un horario estacional, es decir, seguirán con los cambios verano-invierno, con base a los distintos husos horarios ya reconocidos en todo el territorio, definidos en la Conferencia Internacional de Meridianos de 1884.
De esta manera, el territorio mexicano quedó dividido en los siguientes horarios:
¿Qué significa la eliminación del horario de verano?
A través de la Ley de Husos Horarios, el Senado aprobó la eliminación del horario de verano, con el objetivo de: incrementar la seguridad en las mañanas y contribuir al ahorro en el consumo de la energía eléctrica.
Cabe destacar, que el pasado 15 de marzo, el Senado de los Estados Unidos informó la eliminación del horario de verano, medida que entrará en vigor hasta noviembre de 2023, de esta forma en el país estadounidense ya no se contará con dos horarios estacionales.
En las ciudades europeas el horario de verano también ha quedado eliminado desde el 2021, y solo en algunas regiones la medida sigue vigente. La decisión del pleno de la Eurocámara para retirarlo es que forma parte de una idea antigua que en su momento había sido aceptada para ahorrar energía ante las guerras registradas en el mundo y que en tiempos actuales sólo adquieren un “ahorro mínimo”.
No obstante, existen algunos puntos que vale la pena destacar, en materia de seguridad, salud mental y economía.
¿Influirá en la inseguridad?
Si bien la seguridad no debería estar ligada a la luz natural o al cambio de hora, una realidad en nuestro país es que existe un ambiente de inseguridad, especialmente para las mujeres, quienes aseguran que al salir de su trabajo o escuela habrá oscurecido y sus trayectos se volverán un tanto riesgosos.
La presidenta de Igualdad Sustantiva Yucatán A.C., Kelly Ramírez, menciona que sí podría haber repercusiones a largo plazo con este cambio de horario, ya que las mujeres suelen sentirse vulnerables en horarios en los que el sol ya se ocultó, especialmente en espacios como el transporte público, al hacer uso de algunas plataformas, así como en las calles que transitan.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022 del INEGI arrojó que salir de noche es una de las tres actividades que la población dejó de realizar por miedo a ser víctima a algún delito.
Asimismo, el ENVIPE señala que el transporte público y la calle ocupan el segundo y cuarto lugar, respectivamente, de espacios en los que las mujeres manifiestan sentirse inseguras.
A pesar de que no se puede atribuir del todo el tema de la inseguridad al cambio de horario, podría decirse que sí impacta en la vida pública, especialmente de las mujeres, por lo que será necesario aplicar políticas públicas que verdaderamente garanticen su seguridad a cualquier hora del día.
¿Qué onda con la economía?
Una de las principales razones por las cuales se elimina el horario de verano es el ahorro en el consumo de energía eléctrica. Sin embargo, hay pruebas de que este ahorro es nulo o insignificante. Por ejemplo, en muchas fábricas y oficinas la iluminación es en gran parte superficial, es decir, estos lugares llegan a utilizar las 24 horas del día el servicio, y por lo tanto, el consumo no sufriría una diferencia real. Asimismo, las familias de los hogares no perciben un ahorro significativo en cuanto a su consumo de energía eléctrica.
Adicionalmente, diversos sondeos indican que la productividad laboral disminuye, ya que las personas manifiestan dificultades para iniciar el día y llegar a tiempo a sus centros laborales, lo que se traduciría en un menor rendimiento en el trabajo.
Además, el consumo de alimentos y consumo de gas no tienen particularmente alguna afectación.
Según declaraciones de la Secretaria de Energía, Norma Nahle, el ahorro energético generado a partir de la implementación del horario de verano en 1996, ha sido de menos del 1% anual. También, agregó que este ahorro de energía se encuentra relacionado con la eficiencia energética proveniente de bienes domésticos y dispositivos, y no con el cambio de horario.
¿Nos afecta a nivel personal?
Durante el conocido horario de invierno amanece y anochece más temprano, es decir, pareciera que los días son más cortos y las noches más largas. En este sentido, diversos son los síntomas y padecimientos que presentan las personas al realizarse el cambio de horario. Según diversos informes, el grupo poblacional infantil es el que más recibe los impactos. Los padres de familia observan que las niñas y los niños presentan cambios de comportamiento, menor rendimiento escolar, así como modificaciones y dificultades a la hora de dormir.
De igual forma, las personas adultas presentan afectaciones en la salud, en la dinámica familiar, así como en el ciclo del sueño de las personas. Las principales actividades afectadas son, la práctica de deporte, la restricción en las horas de sueño, las actividades al aire libre y las visitas al médico.
Uno de los argumentos usados por el Gobierno Federal para cambiar el horario de manera definitiva, es que por ejemplo en lo psicoemocional, el cambio de horario incrementa la depresión y las ideas suicidas en algunas épocas del año; representa mayor riesgo para quienes requieren de concentración al iniciar el día, como pilotos, escolares y docentes, entre otros. Aunado a esto, debido a la fatiga disminuye el rendimiento escolar y laboral, así como la productividad en general.
De acuerdo con el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, el horario real, promueve un ritmo biológico más estable que el de verano, mejora el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir enfermedades del corazón, obesidad, insomnio y depresión.
Para María de Lourdes Alegría Peña, psiquiatra formada en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, de la Ciudad de México, quien ha tratado a personas afectadas por el horario de verano, menciona que en sí traerá ventajas este cambio, pues anteriormente, cuando las personas despertaban y todo estaba a oscuras, les quedaba la impresión de que dormían menos y esto de igual forma, alteraba su sistema nervioso.
¿Afecta al turismo?
De acuerdo con la TourismAlliance, el turismo es uno de los segmentos que preferían que anocheciera más tarde, ya que a mayor horas de luz, hay gente más tiempo caminando en espacios turísticos o en las playas, por ejemplo.
Ahora, a partir de las 5:00 o 6:00 de la tarde, el turismo comienza a abandonar los espacios y regresan pronto a sus hoteles.
Sin embargo, al mismo tiempo, ante la adaptabilidad del ser humano, la misma alianza destaca que se podrán explorar actividades nocturnas que seguramente beneficiarán a otro sector del turismo.